¡Hola nuevamente! 😆


Esta semana traigo algunas cosas que contar en comparación con la pasada, y espero que os parezcan interesantes y entretenidas. 


Lo primero es que como ya mencione la semana pasada, nos ibamos a mover a otro apartamento el día 9 y así sucedió. Nos movieron a un piso en Mosta y allí, aparte de quedarnos todos atónitos por el aspecto que tenía este y lo grande que era respecto a la casa anterior, conocimos a dos personas más que vivían ahí, eran muy simpáticos, pero uno tuvo que irse pronto y eso fue una verdadera lástima. Aún no terminaba de acostumbrarme al ambiente y probablemente eso se debía a los cambios tan repentinos que había, pero tampoco es que me preocupara demasiado. El viernes mis compañeros se fueron de fiesta a Paceville, un lugar de ocio con discotecas y de más, para pasar una noche divertida, mientras que yo me quedé en casa descansando (a mí no me gusta el ambiente de fiesta y tampoco el alcohol).


Despúes, el domingo, nos reunimos todos para ir a Popeye Village, que es un parque temático del personaje del mismo nombre y aunque el precio de la entrada, bajo mi punto de vista, resulte algo excesiva, vale completamente la pena pagar por ello (el precio son 11,50€) ya que te lo pasas realmente bien.


Otra cosa más que comentar es que, de camino al parque mencionado anteriormente, tuvimos que hacer transbordo a otro bus y por ello nos bajamos en una parada, esta se encontraba al lado de una de las playas de arena de Malta (no recuerdo su nombre). 


Y si os preguntáis (que no lo creo) que es esa sustancia o cosa de color marrón en la orilla, según nos dijeron son algas secas (aunque que quieres que te diga, de alga tienen poco). Y esto no es lo mejor, sino que además, tuve la oportunidad de hacer un vídeo y... digamos que me encontré y filme a alguien muy familiar para todo el mundo (especialmente para los que les gusta Nirvana). A ver si adivináis quien es 


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